Capitulo 1: Una pequeña pesadilla
“El supermercado
estaba cerrado”
Eso fue solo una excusa
que apareció en mi mente tratando de justificarme con mi subconsciente, la
realidad era que en este momento quería despejar mis pensamientos tomando el
atractivo nocturno como partida para esto.
Subí por unas
escaleras que ya mostraban el paso del tiempo, para dirigirme a una estación en
la cual solo podías escuchar el pasar de las ruedas de un tren por las vías.
El vagón del tren
suburbano era igual que la estación en la que se detuvo silencioso y desértico.
Sin embargo, a pesar de esto su programación incitaba a abrir las puertas,
aunque esto significara abrir a la nada.
Claro hoy era
diferente, había un usuario parado frente a esa puerta.
No quería perder más
el tiempo, por lo que entré en el vagón y me recosté en uno de sus asientos
mientras veía como las puertas se cerraban lentamente. Realmente no tenía una estación
preferida para detenerme, solo quería perderme en medio de esta tranquilidad y
suave movimiento que provocaba el viajar en un trasporte como este.
Siguiendo este
pensamiento cerré mis ojos y dejé que el tiempo fluyera.
No tarde mucho en
sentir cansancio entrando así en un sueño profundo mientras recostaba mi cabeza
en la cabecera de unos de todos los asientos vacíos.
Aun con esto
mencionado, la sensación que tenia era algo extraña, aunque estaba dormido podía
sentir todo a mi alrededor. Comencé a recordar lo que presencie hace un momento.
En mi mente la
imagen de una niña pequeña sosteniéndose de la parte baja de las escaleras mientras
me miraba cuando bajaba de estas, no recuerdo bien su expresión en su rostro, pero
me atrevería a decir que era de curiosidad; esta imagen era clara y más
detallada en mi sueño.
¿Qué era ella?
Era una pregunta
que podría describir mi pensamiento claramente que tuve al momento.
No era una sensación
agradable el verla claro estaba, pero por encima de eso me preguntaba que pasaría
si ella me hubiera seguido y estuviera ahora conmigo. Divagué en este
pensamiento y como si de una respuesta directamente desde mi subconsciente se tratase
de repente sentí que alguien susurro a mi oído.
“Ayúdame” Podía sentir
el aliento de alguien en mi oído.
Eso no era
posible puesto que este vagón no había parado en ninguna estación debido a que
la estación en la que me subí era la penúltima estación y además más alejada entre
estaciones.
Solo estoy yo en
este vagón o debería decir que solo estaba yo.
Aún permanecía
dormido por lo que tal vez era mi imaginación o solo una pesadilla jugándome una
mala broma. No obstante la sensación de el aliento de alguien en mi oído me hacía
dudar de esto. Era una sensación claramente real la que sentía en mi oído.
“Ayuda, ayúdame”
La voz continuaba
haciéndose cada vez más fuerte repetidamente pidiéndome ayuda, aunque desconocía
el por qué la tonalidad de su voz claramente era de súplica mezclada con temor.
Quería despertarme
en seguida para ver el origen de esta voz femenina clamando por ayuda, pero mi cuerpo
no respondía a mis intenciones.
“Ayúdame…. ¡Por
favor!”
Su grito
ensordecedor provoco que mis tímpanos resonaran haciendo que comenzara a escuchar
un pequeño ruido agudo como el de una persona segundos después de que había
presenciado un estallido frente a el. Aunque para mi fortuna eso no me provoco
problemas auditivos.
En ese momento desperté.
Tenia el ritmo
acelerado y estaba sudando claramente fruto de ese mal sueño.
El ruido agudo aún
se mantenía, pero claramente a mi alrededor no había nadie.
¿Me estaba
volviendo loco?
Observando nuevamente
podía decir que no había nada a mi alrededor, el anuncio de parada se escuchaba
emitiéndose en el vago repetidamente – ultima parada, final del trayecto – significando
que en este momento me encontraba en la estación más alejada de la línea de
tren. Aun era de noche por lo que no debería haber dormido mucho tiempo.
La estación en la que me encontraba era algo mas peculiar que la estación donde salí. Estaba en esa ciudad donde estaban ellos.
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